Como Influyen Las Emociones En La Comida?
Wakabayashi Asako
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Cómo influyen las emociones en la conducta alimentaria – Alimentarnos es una necesidad fisiológica básica, sin embargo, la conducta alimentaria está mediada por múltiples factores y pautas socioculturales. Esto hace que la elección de los alimentos que decidimos consumir no se fundamente únicamente en aspectos como su calidad o valor nutricional.
Investigaciones han encontrado que las emociones afectan las respuestas alimentarias en las diferentes etapas del proceso de ingesta : desde la motivación para comer, las respuestas afectivas a los alimentos, la elección de alimentos, la masticación, la velocidad de consumo, la cantidad ingerida, así como el metabolismo y la digestión.
Aunque las emociones y su influencia en la alimentación han sido investigadas desde hace mucho tiempo, es difícil predecir cómo influyen pues hay una doble variabilidad, por un lado, entre personas, y por otro, entre emociones, Puede suceder que en un determinado grupo de personas una misma emoción produzca diferentes efectos.
Los alimentos pueden provocar emociones, lo que hace que también despierten un deseo o un antojo por algún alimento y ello afecta la elección que tenemos de los alimentos, Por ejemplo, en tiempos como los actuales, podemos sentirnos reconfortados al comer un alimento asociado con emociones positivas o tiempos mejores, por ejemplo, un atol caliente, una sopa o algún alimento que nos recuerde a una persona querida. Las emociones de alta intensidad suprimen la alimentación. Esto sucede porque las respuestas fisiológicas y conductuales que generan estas emociones son incompatibles e interfieren con la actividad de comer, Por ejemplo, muchas personas durante esta cuarentena han o están experimentando altos niveles de estrés y, consecuentemente, han percibido una baja en su apetito. Las emociones de intensidad moderada pueden afectar la alimentación en función de la motivación que se tenga para comer:
Si la persona lleva una alimentación restringida, las emociones negativas y positivas pueden aumentar la ingesta de alimentos, Se ha visto que entre más control mental se ejerza sobre la alimentación, más vulnerable se puede ser de sobrealimentarse. Esto ocurre porque las respuestas emocionales implican atención a nivel cognitivo, lo cual compite con la tarea de mantener el control de la alimentación. Si la persona tiende a una alimentación emocional, las emociones negativas pueden aumentar la ingesta de alimentos dulces y ricos en grasas. Las personas que llevan una alimentación emocional utilizan la comida como estrategia para regular sus emociones y estos alimentos pueden tener efectos calmantes a nivel cerebral. Si la persona lleva una alimentación normal, las emociones afectan a la alimentación en congruencia con sus características cognitivas y motivacionales. Por ejemplo, se ha encontrado que emociones como la tristeza tienden a disminuir la alimentación, mientras que emociones como la alegría tienen a aumentarla.
Es importante recordar que cada persona tiene un bagaje cultural, social, económico, cognitivo y psicológico único que le permite enfrentarse a la vida y sus vicisitudes empleando diferentes estrategias. Por eso puede suceder que, aunque usted se sienta parte de alguno de los grupos comentados en este artículo, no necesariamente se identifique con la forma en la que las emociones influyen en su conducta alimentaria.
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¿Qué significa que la comida está relacionada con lo emocional?
En Cricket queremos saber ¿Qué es la alimentación emocional? – El término de “alimentación emocional”, se refiere al fenómeno de recurrir a la comida como forma de aliviar un sentimiento, que normalmente deriva de estados de ánimo que desencadenan ansiedad por la comida.
Entendemos por tanto la Alimentación Emocional como “comer en respuesta a una situación o estado de ánimo”, que normalmente, suele ser de carácter negativo, como situaciones de estrés, preocupaciones y ansiedad, que se relacionan con el hecho de comer alimentos ricos en azúcares y grasas para tranquilizarnos.
Nuestro cuerpo es un organismo que se pone en marcha gracias al alimento físico, la comida, y al alimento emocional, el amor, el afecto. Si este último falla, la mente busca canales para expresar su malestar. Comer de forma compulsiva, la necesidad de perder peso, o cualquier desorden alimentario, nos avisan que nuestras emociones no están como deberían.
¿Qué emociones provoca comer?
¿Qué significa comer por razones emocionales? – Comer por razones emocionales significa que come por motivos que no tienen que ver con el hambre. Es posible que coma porque se siente triste, deprimido, estresado o solo. O bien podría usar los alimentos como recompensa.
- Los alimentos pueden tranquilizarle y distraerle de lo que realmente le está molestando.
- Si come por razones emocionales, es posible que no preste atención a las señales naturales de hambre y saciedad de su cuerpo.
- Es posible que coma más de lo que necesita o desea.
- Comer por razones emocionales puede interponerse en la toma de decisiones alimenticias saludables.
Y puede impedir que consiga alcanzar y mantener un peso saludable.
¿Qué alimentos influyen en la salud mental y emocional?
Coma frutas y vegetales crudos para una mejor salud mental – La manera en que usted come los alimentos que son beneficiosos para la salud mental también desempeña un papel importante, según las investigaciones. La gente que comen frutas y vegetales crudos, en vez de cocidos, tienen un estado de ánimo más positivo, según un estudio publicado el pasado mes en la revista Frontiers of Psychology.
Una encuesta por la Internet realizada con 422 adultos jóvenes entre las edades de 18 a 25 años, residentes en Nueva Zelandia y en los Estados Unidos, evaluó el consumo de frutas y vegetales crudos versus cocidos, enlatados o procesados y lo vinculó con un estado de salud mental positivo o negativo.
Los que consumían frutas y vegetales crudos reportaron menores síntomas de depresión y de ansiedad y un nivel de satisfacción más alto hacia la vida. Las 10 frutas y vegetales principales que encontraron vinculados con una mejor salud mental son las zanahorias, las bananas, las manzanas, los vegetales de hojas verdes oscuras como la espinaca, la toronja, la lechuga, las frutas cítricas, las bayas frescas, los pepinos y el kiwi.
Y mientras usted quizá quiera mezclar un montón de estas frutas y vegetales para hacer un batido pensando que esto aumentará su consumo de nutrientes, Dueñas expresa cautela. “Batir las frutas y los vegetales hace el trabajo de descomponer los alimentos, en vez de que el estómago los digiera, tal como este órgano se supone que lo haga”, dijo ella.
“Esto produce un contenido de azúcar más alto, más rápidamente, y su cuerpo no siempre puede procesarlo adecuadamente.
¿Qué emociones quitan el apetito?
Bienestar Actualizado a: Lunes, 11 Mayo, 2020 08:58:48 El estrés provoca, inicialmente, inhibición de la sensación de apetito. Disgustos, preocupaciones y pensamientos negativos en muchas ocasiones quitan el apetito. ¿Por qué? “Esta circunstancia está directamente relacionada con nuestro mecanismo fisiológico de respuesta ante el estrés y las hormonas que intervienen en este.
En un primer momento nuestro cuerpo reacciona ante una posible amenaza segregando adrenalina para prepararnos para la acción; esto inhibe la sensación de apetito y moviliza la grasa en el organismo. Por el contrario, si el estrés se mantiene en el tiempo, prima la segregación de cortisol (conocida como la hormona del estrés), lo que aumenta la sensación de apetito “, explica a CuídatePlus María González, psicóloga del I nstituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO),
La experta comenta que la sensación aguda de estrés provoca, aparte de la inhibición de apetito, otros síntomas físicos como puede ser la hiperventilación, opresión en el pecho y la contracción del diafragma, lo que nos genera el conocido “nudo en el estómago”,
¿Cómo afecta las emociones tener que comer algo que no te gusta?
Hambre física versus hambre emocional – Todos somos comedores emocionales en cierta medida (¿quién no ha encontrado un hueco en el estómago para el postre después de quedarse más que satisfecho después de una opípara comida?). Pero para algunas personas comer por causas emocionales puede ser un problema real, causándoles el aumento de peso o ciclos de atracones,
- El problema de comer emocionalmente es que, en cuanto acaba el placer de comer, las emociones que lo desencadenan siguen ahí.
- Y a menudo te sientes peor por haberte comido la cantidad excesiva o el tipo de alimento que has ingerido.
- Por eso ayuda tanto conocer las diferencias entre el hambre física y el hambre puramente emocional.
La próxima vez que te apetezca tomarte un tentempié, fíjate en qué tipo de hambre está guiando tu conducta. Hambre física:
aparece de forma gradual y se puede posponer se puede satisfacer con cualquier tipo de alimento puedes dejar de comer en cuanto te sientes satisfecho no causa sentimientos de culpa
Hambre emocional:
sientes una necesidad urgente o imperiosa de comer te puede causar “antojos” por comer algo en especial (como pizza o helado) te puede hacer comer más de lo que sueles comer te puede causar un sentimiento de culpa al acabar de comer
¿Cómo influyen las emociones en el metabolismo?
El cuerpo es el reflejo de las emociones y los pensamientos Publicado el 22 de Abril de 2020 | Sanidad Al principio de la pandemia, me llegaron números de teléfono de atención psicológica gratuita para la situación que íbamos a vivir. Me pareció un poco exagerado aunque no descabellado, pues todo lo que sea salir de nuestra zona de confort y que suponga una amenaza a nuestra vida, conlleva unas alteraciones mentales y de todos es conocido que existe una relación directa entre nuestras emociones y nuestros órganos; por lo que es tan importante cuidar nuestra mente como nuestro cuerpo.
Hay una relación directa e intensa entre las emociones, los órganos y los síntomas que podemos experimentar. Seguro que hemos oído hablar más de una vez que la mente controla al cuerpo, el funcionamiento biológico del cerebro es el que hace que esto sea así, que exista una relación entre pensamiento y cuerpo, entre emoción y síntoma.Cuando mantenemos un pensamiento negativo en la cabeza durante un minuto, el sistema inmunitario queda durante aproximadamente cinco horas en una situación delicada por lo que, si estos pensamientos o emociones negativas se mantienen en el tiempo, estaremos más predispuestos a contraer enfermedades por la debilidad del sistema inmunitario que nos protege.Situaciones estresantes durante mucho tiempo, hacen que se lesionen neuronas cerebrales responsables del aprendizaje y a su vez el cerebro sufre alteraciones que producen modificaciones en el sistema hormonal y las consecuencias que esto tiene en los diferentes órganos y sistemas del cuerpo.Las emociones negativas destruye y las positivas lo contrario, tienen la capacidad de curar y hacernos felices.
Tenemos que aprender a vivir con nuestras emociones, buenas o malas y saberlas controlar, gestionar y comprender aunque no las exterioricemos. Debemos saber que pueden indicar que algo no funciona bien y pensar que la enfermedad puede tener un origen emocional causado por algún tipo de sentimiento no manifestado como tal, que se proyecta en el plano físico.
- Por eso, órganos como el corazón o el intestino se relacionan con la alegría que los estimula, en cambio, la agitación o el exceso de excitabilidad, el stress o la ansiedad pueden causar taquicardias, insomnio y falta de concentración.
- Las personas obsesivas y que se desbordan emocionalmente suelen tener un desequilibrio cardiaco y digestivo.
Si vivimos con resentimiento, rabia, agresividad, cólera, indignación, irritabilidad o ira, nuestro hígado y vesícula biliar sufrirán. Las personas muy activas que se preocupan en exceso, que reaccionan con agresividad e ira de manera desproporcionada al estimulo sufrido, tendrán manifestaciones físicas relacionadas con problemas del hígado y la vesícula, que se pueden presentar en forma de malas digestiones de las grasas, dolor en costado derecho, color amarillo de la piel y manchas oscuras en cara e incluso problemas de visión.
- El temor, la falta de autoestima y la timidez están asociados a los riñones, las glándulas suprarrenales y a la vejiga.
- El miedo o la angustia pueden dar dolor lumbar e infección urinaria.
- Nuestra energía se ve reducida, con una disminución del metabolismo y alteraciones de los procesos de la digestión cuando sentimos estas emociones.
La Tristeza, la melancolía y la aflicción pueden afectar al pulmón. Podemos sentir opresión en pecho, dificultad para respirar, resfriados frecuentes, asma y problemas circulatorios, incluso falta de apetito o pereza. En los días que estamos viviendo llenos de emociones no muy positivas, es fundamental que nos enfrentemos a la enfermedad y a las situaciones diarias con el mejor optimismo posible y tener todas nuestras emociones controladas y pasar de negativo a positivo, para un mejor funcionamiento de nuestro cuerpo y mente y una mayor defensa ante la enfermedad.
¿Qué es la psicologia de la alimentación?
Psiconutrición: te ayudaré a hacer las paces con la comida y contigo mismo La Psiconutrición o Psicología de la Alimentación, es la ciencia que estudia nuestra relación con la comida, Para poder explicar y abordar dicha relación, la Psicología de la Nutrición tiene en cuenta nuestras emociones, conductas, así como nuestro contexto social y relaciones. La Psiconutrición, ofrece estrategias, conceptos y teorías con el objetivo de trabajar de una manera positiva nuestra relación con la comida, Este nuevo enfoque propone que la comida puede verse como un barómetro de intimidad, es decir, la manera en la que comemos es una muestra de cómo nos queremos.
- ¿Te has preguntado alguna vez cómo influyen tus emociones a la hora de comer?
- Después de un complicado día de trabajo, ¿comes de manera compulsiva?
- ¿Abres la nevera cada vez que sientes que te aburres?
- ¿Tienes un conflicto y comes rápido, sin conciencia y con ansiedad?
- ¿Cuántas veces al sentir preocupación o miedo comes para sentir alivio?
Es bastante común que a veces, podamos refugiarnos en la comida para que nos ayude a calmar emociones desagradables. Pero cuando ésta es nuestra única estrategia, y por lo tanto, se convierte en un hábito, el riesgo puede ser demasiado alto. Depender totalmente de la comida para llenar vacíos o evitar sentir emociones, puede volverse en nuestra contra.
- Lo que resultó adaptativo en un momento muy determinado de nuestras vidas, ahora puede traernos muchas consecuencias negativas como por ejemplo, aumento de peso, colesterol, diabetes, culpa, obsesiones y sentimientos negativos, entre otros.
- Hablamos de hambre emocional, para referirnos a una conducta desadaptativa, cuyo motor son las emociones.
La comida, pasa a ser un refuerzo de corto plazo con el fin de dejar de sentir estrés, ansiedad, miedo, aburrimiento Después de dicha conducta, aparecen sensaciones negativas (culpa, malestar) de forma que volvemos a recurrir a la comida para sentirnos mejor. Los TCA son trastornos mentales relacionados con la ingesta de comida y la obsesión por la figura corporal, Son trastornos de origen multifactorial, originados por diferentes causas de origen psicológico, familiar, sociocultural y biológico. En este grupo de trastornos encontramos: Esta alteración de la conducta conlleva que la persona sufra problemas físicos y psicosociales,
Los TCA se caracterizan por un comportamiento dirigido a controlar el peso, síntomas ansiosos y depresivos, características obsesivas y funcionamiento social pobre. La ansiedad por la comida es la manera que tiene tu cuerpo de decirte que necesita equilibrio. Si piensas constantemente en comida o calmas tu ansiedad picoteando es momento de que descubras qué es lo que necesita tu organismo y dárselo.
Al satisfacer tus antojos, tan solo estás poniendo un parche a tus carencias. Así que si has llegado hasta aquí es hora de que puedas resolver tu ansiedad de raíz. Identificar por qué la comida tiene tanto peso en tu vida será el primer paso para dejar de responsabilizarla y descubrir nuevas herramientas en ti.
- Un comedor compulsivo se caracteriza por consumir grandes cantidades de comida con pérdida de control durante la ingesta.
- Después de esta sobre ingesta la persona suele sentir angustia, tristeza y preocupación excesiva por el peso.
- Las personas suelen vivir esta experiencia como una adicción, igual a la que podrían tener a otra sustancia (tabaco, alcohol) Utilizan la comida para evadirse, refugiarse y evitar experimentar emociones desagradables.
Normalmente, las personas que padecen atracones tienen una larga historia de dietas, con fracasos recurrentes. Baja autoestima, ansiedad y tristeza, son propias de comedores compulsivos. Es importante tratar este tipo de problemáticas con un equipo multidisciplinar de especializados.
- Darle un significado a las conductas compulsivas en torno a la comida y el cuerpo.
- Obtener herramientas para aprender a gestionar tus emociones sin recurrir a la comida.
- Reconectar con tu cuerpo y aprender a escuchar sus señales.
- Aumentar tu seguridad y confianza.
- Nutrir tu cuerpo de forma consciente.
- Liberarte de cargas inconscientes que te están pesando de más.
- Alcanzar una vida más plena y feliz.
Cada persona crea un sistema para comprender su mundo y sus experiencias internas. Vemos al ser humano como un constructor activo de su propia realidad. Partiendo desde este punto, nuestra misión será la de llevar la atención hacia tus propios significados, para poder flexibilizarlos y construir nueva formas de relacionarte contigo mismo.
- Utilizando diferentes técnicas y estrategias ( Minful Eating, meditación, técnicas vivenciales, dialéctica ) te ayudaremos a comprender tu momento presente, rescatando aquellas herramientas y habilidades que destacan en ti.
- En el proceso de terapia, jugarás un papel activo para poder así re-descubrir nuevas maneras de interpretar tu realidad que sean más funcionales, sin necesidad de recurrir a la comida.
- La confianza, cercanía, empatía y comprensión, serán nuestras compañeras de viaje en tu proceso de terapia.
: Psiconutrición: te ayudaré a hacer las paces con la comida y contigo mismo
¿Cómo afecta la ansiedad en la alimentación?
Así influye el estrés y la ansiedad en nuestra alimentación Jornadas maratonianas de reuniones en la oficina, nevera vacía, cuidar de nuestros hijos, clase de spinning, entregas de proyectos, encuentros con amigos de toda la vida, compromisos familiares.
Así comienza una nueva semana. Y es que vivimos a contrarreloj, vivir con prisas se ha convertido en un estilo de vida. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el estrés como una de las principales «enfermedades del siglo XXI» y la obesidad un problema de salud pública mundial. Es común ver cómo, en ocasiones, manejamos las situaciones de estrés a través de la comida, a modo de «automedicación», reflejando un vínculo importante entre la salud mental y la alimentación.
Los estudios muestran un deterioro de la calidad dietética con el estrés, ya que ingerimos más alimentos procesados como snacks salados, bebidas azucaradas, bollería y pastelería, y menos frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Es decir, hacemos un mayor consumo de alimentos hiperpalatables, que estimulan mucho nuestros sentidos y nos invitan a comer por encima de nuestras necesidades, con un alto contenido de sal, grasas saturadas y azúcares añadidos.
La expresión de ciertas conductas alimentarias como la alimentación emocional, la desinhibición alimentaria, o aquella más centrada en el gusto y placer está condicionada por, Ante el estrés crónico tendemos hacia una menor restricción cognitiva, controlando menos nuestra dieta y desinhibiéndonos más.
El estrés, además, incrementa el efecto de recompensa que sentimos al ingerir este tipo de alimentos, generando sensación de alivio a nivel emocional. Así, emplear las estrategias adecuadas para afrontar el estrés y la ansiedad, basadas en la toma del control para solucionar el problema se relacionan con una mejora de la calidad dietética.
Y es que tenemos temporadas en las que comemos de una forma poco habitual en nosotros, incluso puede que ni nos percatemos de ello, pero que, si parásemos y analizásemos un poco más en detalle, nos daríamos cuenta de cómo la vorágine diaria está impactando sustancialmente en nuestra alimentación, y, por ende, en nuestra salud.
Cuidémonos a diario de una forma más integral, entendiendo nuestro contexto particular, ya que así podremos disfrutar mucho más del preciado binomio: bienestar físico y mental. : Así influye el estrés y la ansiedad en nuestra alimentación
¿Cómo influye la alimentación en la depresión?
La alimentación no saludable se relacionó de forma significativa con la prevalencia de ansiedad, depresión y estrés. El consumo excesivo de dulces y el bajo de lácteos se asociaron a una mayor prevalencia de alteraciones psicológicas y del sueño.
¿Cómo lo que comes afecta la salud mental?
¿Cómo Influye la Alimentación en la Salud Mental? El cerebro humano tiene una exigencia energética alta y constante, por lo que un buen estado nutricional es importante y clave para la salud mental, es decir, si la calidad de los alimentos que ingerimos es baja esto podría contribuir al desarrollo de alguna patología metal, como por ejemplo la depresión y la ansiedad.
Múltiples estudios encuentran una correlación entre dietas altas en azúcares refinados y alimentos procesados con la función de nuestro cerebro, promoviendo la inflamación, el estrés oxidativo y empeorando los síntomas de enfermedades mentales (como la depresión), mientras que una dieta alta en vitaminas, minerales y antioxidantes nutre el cerebro, lo protege contra el estrés oxidativo y a su vez mantiene un tracto gastrointestinal sano.
La conexión entre la alimentación y el estado de ánimo depende no solamente de lo que se come, sino que cada vez más evidencia respalda la relación que tiene también con las bacterias “benignas” en nuestro intestino. La serotonina es un neurotransmisor que se produce en un 95% en nuestro tracto gastrointestinal ayudando en la regulación del sueño, apetito y en el estado de ánimo.
Por lo que una microbiota intestinal sana, juega un papel esencial en la salud. No solamente protege el revestimiento de los intestinos, sino que proporciona y asegura una barrera contra las toxinas y bacterias “malignas”, limitan la inflamación, mejoran la absorción de nutrientes de los alimentos y activan canales entre el intestino y el cerebro.
Existen estudios en donde muestran que una dieta tradicional Mediterránea disminuye entre un 25-35% el riesgo en desarrollar depresión en comparación a la dieta “occidental”. La diferencia está en que las dietas tradicionales, Mediterránea o la dieta DASH, tienden a ser altas en frutas, vegetales, granos enteros, pescados, cantidades moderadas de carnes magras y lácteos y bajas en azúcares refinados y alimentos procesados (base en una dieta occidental) proporcionando nutrientes claves para mejorar síntomas en la depresión y ansiedad.
vitaminas como la A, C, D, E, B12 minerales como el magnesio, selenio, zinc omega 3
Aunque ningún nutriente o plan de alimentación por sí solo puede curar la depresión u otra afección en cuanto a la salud mental, una buena nutrición es parte esencial en el bienestar mental y en la terapia médica.Dra. Alejandra Alfaro, NutricionistaCentro de Nutrición Clínica Teléfonos: /
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¿Qué emocion representa el hambre?
Qué es el hambre emocional – El hambre emocional o el comer emocional es utilizar la comida para sentirse mejor, Es decir, tratamos de satisfacer nuestras necesidades emocionales a través de la comida y comemos por esa razón en lugar de tener un hambre física, que es la necesidad de nutrir a nuestro cuerpo.
Reflexiona un poco y pregúntate qué es lo que haces cuando te sientes estresado o triste: buscas un helado, ordenas una pizza o realizas una actividad que te haga cambiar tu estado de ánimo. No creas que el comer cuando queremos celebrar algo es malo, de hecho, en ocasiones, todos recurrimos a la comida para celebrar, buscar un poco de confort o como un premio.
El problema es cuando esto se hace nuestro principal mecanismo para manejar nuestras emociones, cuando el primer impulso que tienes cuando te sientes estresado, enfadado, cansado o aburrido es ir a buscar comida. Es importante que te des cuenta que el hambre emocional nunca va a ser satisfecha con comida, es por eso que cuando comes algo el sentimiento no desaparece, y tienes esa sensación de no poder satisfacerte.
¿Que comunica la comida?
La alimentación es una de las necesidades básicas para la vida y un derecho inalienable de todas las personas. Pero el acto de comer es mucho más que alimentarse: es un momento de comunicación, de transmisión de tradiciones y cultura y, también, de transferencia de afecto y enriquecimiento de los vínculos.
¿Qué emociones genera un aumento de peso?
Emociones inciden en el incremento de peso
• Estrés, aburrimiento, miedo o soledad influyen en los hábitos alimenticios: Alfredo Contreras Valdez • La alteración de rutinas provoca que las personas no duerman lo suficiente, destacó • Sugirió establecer paulatinamente horarios para retomar las actividades cotidianas
El manejo de nuestras emociones como la tristeza, miedo, soledad, estrés o el aburrimiento, a través de los alimentos, ocasiona el aumento de peso, afirmó José Alfredo Contreras Valdez, académico de la Facultad de Psicología (FP). Las emociones y la ingesta de alimentos tienen relación estrecha, ya que las personas tienden a asociar la comida con una forma de responder ante los afectos positivos y negativos, de ahí que es común, por ejemplo, que ingieran mayor cantidad de víveres para disminuir estrés, tristeza o aburrimiento, aunque su alimentación no siempre sea nutritiva ni balanceada, precisó.
“Algunas personas emplean la ingesta de alimentos como un medio de manejar el afecto negativo (por ejemplo, el aburrimiento-estrés-miedo-frustración, entre otras) y positivo (alegría). Si bien la ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y carbohidratos o de bebidas azucaradas funciona, a corto plazo, para regular la respuesta emocional, y por lo mismo constituye una estrategia ampliamente utilizada, esta práctica puede ocasionar, a largo plazo, el aumento de peso en algunas personas”, añadió.
El manejo de las experiencias afectivas como tristeza, ansiedad, estrés, aburrimiento, incluso la alegría, mediante la ingesta, representa un factor psicológico importante que, en conjunto con otros, influyen para el incremento de peso, argumentó el especialista.
Aunado a la alteración de rutinas y la organización de las actividades en el hogar y el trabajo provocaron que diversas personas no duerman lo suficiente, sean más sedentarias y/o modifiquen su alimentación, incluso incrementen el consumo de alimentos no saludables con alto contenido calórico (azúcares, harinas, etcétera.) y de bebidas azucaradas para regular las emociones que les produce el confinamiento o el temor a contagiarse del virus que ocasiona la COVID-19, resaltó.
Durante los últimos meses, abundó el universitario, la mayoría de la población experimentó cambios en sus actividades cotidianas, por ejemplo, trabajar en casa, ordenar comida rápida a domicilio e incremento del sedentarismo, entre otras, situación que ocasionó aumento de peso significativo en un grupo particular.
Hubo también quienes optaron por la comida rápida porque les permitía no distraerse de las actividades, estudios o home office (trabajo en casa). Sin embargo, son diversos los fenómenos que contribuyen a que las personas suban de peso. Además de los psicológicos, existen correlatos fisiológicos, económicos y socioculturales importantes que no deben pasarse por alto, precisó Contreras Valdez.
Ante esta situación sugirió establecer paulatinamente horarios para las actividades cotidianas, incluidas las comidas, así como regularizar el tiempo para dormir, incrementar la actividad física y mejorar la calidad de la alimentación. Lo anterior beneficiará la salud física y psicológica.
¿Que comunica la comida?
La alimentación es una de las necesidades básicas para la vida y un derecho inalienable de todas las personas. Pero el acto de comer es mucho más que alimentarse: es un momento de comunicación, de transmisión de tradiciones y cultura y, también, de transferencia de afecto y enriquecimiento de los vínculos.
¿Por qué comer me hace sentir bien?
Conclusiones sobre el comer emocional – En nuestra vida es fundamental aprender a comer bien, y generar y consolidar buenos hábitos:
- Tener información adecuada sobre alimentación y aprender a comer de forma saludable.
- Reflexionar y poner en cuestionamiento creencias y pensamientos erróneos que tenemos sobre la alimentación: comer pan engorda; si me salto alguna comida, adelgazaré; la pasta o la legumbre engorda; si quiero estar delgada tengo que comer poco
En materia de alimentación, nutrición y dietética, consulta información fiable o acude a un dietista-nutricionista.
- Adquirir hábitos saludables en relación a la comida. Conocer el proceso de adquisición de hábitos y cuáles son los necesarios en tu caso.
- Entender la relación que hemos desarrollado entre nuestras emociones y nuestra forma de alimentarnos.
- Aprender a gestionar las emociones y los problemas.
En los procesos de adquisición de hábitos y en la gestión de las emociones los psicólogos y psicólogas tenemos conocimiento científico y experiencia probada. ¡Cuenta con la Psicología! Comer bien nos hace sentir bien, porque sentimos que nos cuidamos, porque percibimos control y manejo de nuestro cuerpo y de nuestra vida, y porque es una fuente importante de adecuado placer, del que podemos disfrutar cada día, y que además, nos proporciona salud física y emocional.
¿Qué tiene que ver la alimentación con la autoestima?
La alimentación es pura química que entra en contacto con tu organismo y puede darte energía y hacerte sentir de buen humor, o hacer que te veas hinchada y cansada. Si eres consciente de lo que comes, puedes ayudar a equilibrar tus estados de ánimo y mejorar tu nivel de autoestima.
¿Cuáles son los tipos de emociones?
¿Qué son las emociones y para qué sirven? ▷ Alcea Psicología Qué son las emociones | Por, psicóloga ¿Alguna vez te has preguntado qué son las emociones básicas y para qué sirven? Desde Alcea queremos ayudarte a comprender y gestionar estas reacciones naturales de nuestro organismo (enfado, alegría, tristeza, vergüenza, etc.).
Porque conocer bien nuestros afectos, cómo se manifiestan en nosotros, qué tipos hay y qué función cumplen, resulta fundamental para nuestro bienestar. Ya que un correcto manejo de nuestros estados de ánimo, además de aportarnos serenidad, nos permite decidir y actuar de forma beneficiosa para nosotros y para los demás.
Las emociones son reacciones automáticas a estímulos relevantes para nosotros, Así, las emociones aparecen ante eventos tanto internos (imágenes mentales, pensamientos, sensaciones corporales, otra emoción) como externos (lugares, personas, situaciones).
- Sensaciones corporales, Cuando una emoción aparece, notamos cambios en distintas partes del cuerpo. Como la tripa, el pecho, la cara Generalmente, aparecen en forma de hormigueos, tensión o debilidad muscular, sensación de “nudo”, calor en el pecho, cambios en nuestro ritmo cardiaco. Incluso pueden provocar cambios visibles en el color de nuestra piel, en los niveles de sudoración, o en nuestra respiración.
- Pensamientos, También, una emoción genera cambios en nuestros pensamientos. Al modificar su contenido, su frecuencia, su intensidad
- Impulsos o pautas de acción, Una emoción nos genera la energía para realizar una acción. Por ejemplo, el miedo nos generar ganas de huir o de refugiarnos, la ternura ganas de acercarse, el enfado la necesidad de poner un límite, etc.
Gracias al conocimiento del funcionamiento cerebral, sabemos que las emociones han constituido una herramienta esencial para nuestra supervivencia como especie, impulsándonos a actuar correctamente y a adaptarnos al entorno, Así que la función de las emociones es la de garantizar nuestra supervivencia, Pero, ¿cómo funciona el cerebro para sobrevivir?
- Primero recoge la información percibida por los sentidos (exteroceptivos, interoceptivos y propioceptivos). Y la coteja de forma rápida con el conocimiento biográfico y biológico almacenado para sobrevivir. De esta forma puede indicarnos rápidamente si lo que está ocurriendo es agradable, desagradable, seguro o peligroso.
- Después, da una respuesta rápida y automática, a la que llamamos emoción, Y que se manifiesta en forma de sensaciones corporales, pensamientos e impulsos de acción.
- Entonces, la emoción generada nos da la energía necesaria para realizar la acción que facilita nuestra supervivencia, Por ejemplo alejarnos de un peligro, acercarnos a la fuente de alimento.
- Una vez cumple su misión, la emoción desaparece.
Las emociones básicas, como la tristeza, el miedo o la alegría, son respuestas automáticas de nuestro cerebro ante determinados estímulos relevantes para nuestra supervivencia y bienestar. Aunque existen varias listas de emociones básicas, te presento las emociones básicas más frecuentes y que son: la alegría, la tristeza, el amor, el miedo, la sorpresa, el enfado, el asco, la calma, la culpa y la,
EMOCIÓN Nombre de la emoción | ANTECENTE ¿Cuándo aparece la emoción? | FUNCIÓN ¿Para qué sirve la emoción? | CUERPO ¿Qué pasa en mi cuerpo? | COGNICIÓN ¿Qué pasa en mis pensamientos? | ACCIÓN ¿Qué me impulsa a hacer? |
---|---|---|---|---|---|
Ante algo que me gusta y/o me hace sentir bien. | Afiliación Aportar ánimo y acercarme a los demás. Y nos induce a reproducir aquello que nos hace sentir bien. | Cuerpo expandido. | Pensamientos positivos y optimistas. | Compartir lo positivo. Y reír, bromear. | |
Ante la pérdida de alguien o algo importante. | Reintegración Es decir, hacernos conscientes de alguna cosa, situación o persona que hayamos perdido o que añoremos. Y aceptar la pérdida (duelo). | Movimientos lentos. Cuerpo contraído. Dolor en el pecho y nudo en la garganta. | Reflexión sobre la vida sin aquello que hemos perdido. Elaboración de un plan sobre la nueva vida. | Aislamiento y reposo. También reclamar ayuda de otras personas. | |
Ante alguien que percibimos como más fuerte o más sabio en algo. | Seguridad, afiliación Acercarme íntimamente a los demás, conectar con los demás. Y sentirme protegido/a, seguro/a. | Relajación. | Pensamientos positivos y optimistas. | Relación social. | |
Anticipación de una amenaza o peligro (real o imaginario) que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad. | Protección Advertirnos de una amenaza para protegernos del peligro. | Tensión corporal. Activación de las piernas. Aumento latido cardíaco. Dolor en la tripa, boca del estómago. | Anticipación del peligro. Búsqueda de soluciones. | Buscar ayuda. Escape. Huida. Evitación. Bloqueo. | |
Ante situaciones inesperadas o extrañas nos permite una aproximación cognitiva para saber qué está ocurriendo. Desorientación. | Exploración Nos ayuda a orientarnos, a saber qué hacer, ante una situación nueva. Tiene una duración de segundos. | Tensión en el cuerpo. Y tensión en el rostro: se abren los párpados, arquen las cejas, estiran los párpados y cae la mandíbula. | Activación cognitiva. Dirige los procesos cognitivos (atención, memoria, planificación) a la situación novedosa. | Conductas de exploración, curiosidad e interés por la situación novedosa. | |
Ante el daño o la pérdida de algo que sentimos nuestro y queremos recuperar. | Autodefensa Superar obstáculos, sacarnos de encima eso que nos molesta o que nos daña. E inhibir reacciones indeseables de otras personas. | Activación de los brazos y piernas. Tensión muscular. Taquicardia. Hiperventilación. | Interpretamos la situación como abuso, injusticia, falta de respeto u obstáculo para conseguir una meta. Planificación sobre la actuación para recuperar lo que hemos perdido o defendernos. | Tono de voz serio. Posición física de defensa o ataque. Bloqueo repentino. | |
Ante un objeto, un lugar o un acontecimiento psicológico, o de valores morales, repugnantes. Suelen ser estímulos sensoriales percibidos como perjudiciales para la salud. | Rechazo Asegurar nuestra supervivencia protegiéndonos de alimentos venenosos, lugares infectados y personas peligrosas. | Tensión muscular en la zona facial. Dolor de estómago o sobreactivación gastrointestinal. Hiperventilación. Taquicardia. | Valoración negativa sobre lo que es percibido como desagradable. Evaluamos que no podemos afrontar las consecuencias si aceptamos ese estímulo, por lo que lo rechazamos de antemano. | Escape. Evitación. Rechazo. Higiene. | |
Ante la ausencia de peligro y ante la sensación de seguridad. Cuando sentimos que disponemos de recursos para estar seguros. | Crecimiento y autocuidado Permite tomar perspectiva. Y percibirnos en el mundo con recursos para afrontar las circunstancias externas. | Quietud, serenidad, sosiego, reposo. | Atención plena en el momento presente. Razonamiento tranquilo y eficaz. Relativizar situaciones. Mente despejada. | Conexión con uno mismo y con los demás. Diálogo. Cumplimiento de objetivos. Desarrollo personal. | |
Emoción social. Depende de los valores individuales y sociales. Aparece cuando rompemos o creemos haber roto ciertas normas o significados, personales y/o sociales. | Reparar Permite el proceso de aprendizaje y evitación de lo que nos llevó a sentirla anteriormente. | Tensión en el estómago y el pecho. Sensación de nudo en la garganta. | Pensamiento reflexivo. Búsqueda de soluciones. Asunción de responsabilidad. Evaluación de antecedentes y consecuentes. | Acciones de reparación del daño. Por ejemplo pedir perdón, hacer lo que había que hacer, no volver a hacer daño. | |
Emoción social. Depende de los valores individuales y sociales. Aparece cuando nos ven, o pueden vernos, haciendo algo que consideramos que daña nuestra apariencia o la de alguien que apreciamos. | Protección Esto es, inhibir y/o evitar una conducta que pueda causar rechazo social. Para tener una buena opinión de uno mismo. | Rubor facial. Calor. Rigidez muscular. Dolor de tripa. | Anticipación de rechazo social. Evaluación de posibilidades. | Inhibirse. Ocultarse. Huir. Negociar. Pedir a otra persona que no haga algo. |
Todas las emociones básicas son útiles para nuestra supervivencia como especie. Así, nos impulsan a actuar de la mejor manera para adaptarnos a nuestro cambiante entorno. Podemos clasificar las emociones básicas en función del efecto que nos causan. Por un lado, tenemos emociones agradables o de aproximación a las cosas beneficiosas para nosotros,
EMOCIONES BÁSICAS AGRADABLES (De aproximación) | EMOCIONES BÁSICAS DESAGRADABLES (De protección) |
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Amor Alegría Calma Curiosidad | Tristeza Miedo Enfado Asco Culpa Vergüenza |
A continuación, describimos las cuatro formas en las que se presentan las emociones.
- Emoción básica saludable : sentimiento valioso para tu supervivencia y bienestar, Estas emociones son reacciones a lo que ocurre en el presente, llegan y se van rápido, Así, son las que debes reconocer y usar como guía, la fuente principal de tu, Aunque pueden estar camufladas por emociones secundarias o emociones instrumentales.
- Emoción básica NO saludable : sentimiento de malestar crónico, Por lo general, se basan en un aprendizaje previo, Por ejemplo, la vergüenza de sentir que uno no es amado, valioso o bueno. O la tristeza de sentirse solo o con carencias. También la ansiedad de sentirse inadecuado o inseguro. O la rabia de sentirse tratado injustamente o desobedecido. Por lo general, permanecen cuando ya no existe la situación que la ha causado, No sugieren una clara sensación de dirección, por lo que causan dudas e inseguridad, Estas emociones deterioran las relaciones íntimas y destruyen los vínculos emocionales en lugar de protegerlos. Un psicólogo puede acompañarte en el proceso de curar las heridas del pasado.
- Emoción secundaria : emoción defensiva que intenta ocultar tu emoción primaria, Generalmente provienen de tus intentos de juzgar y controlar tus respuestas emocionales saludables. Es decir, se trata de emociones acerca de otras emociones, Por ejemplo, puede que te asuste tu enfado, que te avergüences de tu miedo y que te enfades por tu debilidad.
- Emoción instrumental : emoción que se utiliza con el propósito de conseguir una meta, Así, pueden expresarse tanto consciente como automáticamente, Quizás has aprendido que cuando lloras las personas son más amables contigo. O que cuando te enfadas es más probable que la gente se intimide. Con el tiempo, los comportamientos instrumentales hacen que los demás se alejen por sentirse manipulados.
Las emociones nos protegen de las amenazas y nos ayudan a superar experiencias dolorosas. También generan bienestar al impulsarnos a repetir lo placentero y al ayudarnos a construir relaciones sanas. Y nos ayudan a crecer, a revisar nuestros errores y avanzar hacia lo novedoso.
Aunque las emociones son naturales y tienen para nosotros una función de supervivencia básica, la realidad es que los problemas emocionales están a la orden del día, ¿Porqué es esto así? Te explicamos algunos motivos fundamentales. Durante la infancia aprendemos a gestionar nuestras emociones en la interacción con nuestro entorno y nuestras figuras de referencia (padres, abuelos, maestros).
Sin embargo, frecuentemente este aprendizaje no es del todo el adecuado. Por un lado porque recibimos poca información de nuestro entorno social, que generalmente está más centrado en la formación académica. Y por otro lado, porque nuestros propios cuidadores pueden tener limitaciones o miedos sobre su propia gestión emocional.
Si en nuestro aprendizaje emocional no pudimos aprender a sentir adecuadamente, vamos arrastrando la huella emocional no resuelta de las experiencias negativas a las que todos nos vamos enfrentando en la vida,Por ejemplo puede que nuestra pareja nos dejara y como no éramos capaces de gestionar el dolor, tengamos miedo a volver a sufrir y evitemos el contacto.
O puede que alguna situación pasada nos de aun mucha rabia y no estemos en paz con la situación. A lo largo de la vida podemos vivir circunstancias particularmente adversas que pueden dejar una huella emocional negativa y crónica en nosotros, Y afectar por lo tanto a nuestra capacidad natural de respuesta emocional.
Para este autor el trauma puede ser superado mediante el reconocimiento de los síntomas y sus causas. Así comomediante ejercicios que regulen el sistema nervioso que se ha visto alterado. Nosotros pensamos que en estos casos, lo mejor es consultar con un profesional. Como hemos visto, las emociones son señales que NO siempre se ajustan de manera adecuada al contexto y pueden aparecer entonces problemas en la gestión de emociones, Bien sea por falta de información en el aprendizaje emocional, o por nuestras vivencias previas. Sea como sea, la inteligencia emocional nos facilita acceder, interpretar y nombrar estas señales internas, reflexionar sobre ellas y utilizarlas o transformarlas de forma adaptada a las circunstancias, Cuando conseguimos realizar este proceso con el mayor éxito posible, nuestro bienestar aumenta exponencialmente,
- Descubrimos el significado que tienen para nosotros las cosas que nos pasan.
- Aprendemos a gestionar adecuadamente nuestros estados de ánimo.
- Somos capaces de tomar decisiones con las que nos sentimos mejor.
- Abandonamos los intentos de reprimir las emociones desagradables o de reaccionar de manera impulsiva.
Si buscas ayuda para gestionar tus emociones, nuestros psicólogos te acompañarán y guiarán en el camino. Para nosotros, el trabajo con las emociones y su correcta gestión es fundamental y un pilar en todos nuestros tratamientos de, Todos nuestros terapeutas están altamente especializados y formados en emociones básicas. : ¿Qué son las emociones y para qué sirven? ▷ Alcea Psicología