Como Se Escribe Jockey De Comida?
Wakabayashi Asako
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Contents
- 1 ¿Quién es el mejor jockey?
- 2 ¿Cómo se escribe jockey en francés?
- 3 ¿Qué significa va sin jockey?
- 4 ¿Cómo se escribe jockey Club?
- 5 ¿Cuánto le pagan a un jockey?
- 6 ¿Cuánto dinero gana un jockey en Estados Unidos?
- 7 ¿Cómo se dice en inglés jockey?
- 8 ¿Cuánto gana un jockey en Argentina?
- 9 ¿Cómo se escribe Yoki gorro?
- 10 ¿Cómo se dice en español hockey?
¿Cómo se escribe jockey para comer?
¿Cómo debe escribirse? La forma española propuesta por el Diccionario académico para adaptar la voz inglesa jockey (‘jinete profesional’) es «yóquey» o «yoqui» (plural «yóqueis» o «yoquis»): el /la yóquey o yoqui.
¿Qué significado jockey?
Adjetivo. Yóquey o yoqui, jinete que conduce a los caballos en las carreras. Sinónimo: jinete.
¿Cómo se escribe jockey o?
1. Adaptación de la voz inglesa jockey, ‘jinete profesional’: «El gran enemigo de Helissio —montado por el yóquey tejano afincado en Francia, Cash Admusen— es Singspiel» (País 26.7.97).
¿Cómo se escribe jockey de caballos?
PALABRAS RELACIONADAS CON «JOCKEY» – jockey jinete ropa interior juegos salud bomba cinemark tornado club jockey atleta cuya profesión conducir caballos competiciones carrera galope nombre viene significar algo parecido pequeño juan término conocido desde biblioteca estatutos homenaje montevideo doctor josé pedro historia buenos aires hipódromo baile blanco command performance acción médico social primera exposición primer equitadores inglés espãnol money apprentice conditional leading retired winning fees room valet joint favorites jolly juice juvenile earner horse nbsp espectáculo hípica chile jóvenes despertó hermanos roberto ricardo abumohor pasión actividad sorprendió inscribieran registro stud rojo
¿Quién es el mejor jockey?
Ranking de Jockeys y Cuidadores
POS | JOCKEY | 1ro |
---|---|---|
1 | GONCALVES FRANCISCO LEANDRO | 55 |
2 | FALERO PABLO G | 41 |
3 | ORTEGA PAVON EDUARDO | 33 |
4 | MOREYRA WILSON R | 32 |
¿Qué se hace en el jockey?
5. Darse una escapada a un concierto – El Jockey es uno de los lugares donde se realizan los conciertos más importantes de Lima, los cuales cuentan con artistas nacionales e internacionales de distintos géneros musicales. Como ejemplo de ello tenemos a Natti Natasha, Silvestre Dangond, Sebastián Yatra, TINI, Mon Laferte, Kim Hyun Joong, entre otros.
¿Cómo se dice disc jockey en español?
Adaptación gráfica propuesta para la expresión inglesa disc jockey, ‘persona que selecciona y pone discos en una fiesta, discoteca o programa de radio’. Es común en cuanto al género (→ género 2, 1a y 3e): el/la disyóquey. Su plural es disyoqueis (→ plural, 1d).
¿Cuánto mide un jockey?
Características físicas – El yóquey promedio tiene una construcción ligera pero atlética y un peso que, por lo general, oscila entre 49 y 54 kg. De acuerdo a los reglamentos de carreras y según la carrera, los caballos corren con un peso de 48 a 61 kg, incluyendo el equipo del yóquey.
¿Cómo se escribe jockey en francés?
Jockey
Principales traductions | ||
---|---|---|
Español | Francés | |
jockey, yoquey nm | (jinete profesional) | jockey nm |
El jóquey no pudo participar en la carrera porque se había caído durante un entrenamiento. |
¿Qué significa va sin jockey?
Su título y coro guardan relación con la expresión utilizada en el tema Cójela (cógela*) Que Va Sin Jockey de Daddy Yankee, empleada para describir a una mujer libre.
¿Cómo se escribe Yoki gorro?
De Wikipedia, la enciclopedia libre No debe confundirse con Gorro, La gorra, (también llamada cachucha en algunos países de América, y jockey en Chile ), es un accesorio diseñado y creado para cubrir la cabeza y proteger los ojos de la luz natural (solar) y la luz artificial (eléctrica) mediante una visera y una pieza ajustable al cráneo, que puede incluir alas laterales. También puede ser utilizada como accesorio decorativo.
¿Cómo se escribe jockey Club?
Del siglo XX: el Jockey Club.
¿Cómo se les llama a los jinetes de caballos?
De Wikipedia, la enciclopedia libre Un jinete (del árabe zanáti, en alusión a la tribu bereber Zenata ) , charro, cabalgador, caballista o amazona en femenino, designa a la persona que monta un caballo o a la persona diestra en equitación, máxime si esto se relaciona con sus labores más frecuentes ( arrieros, domadores, etc.).
¿Cómo se les dice a los jinetes de caballos?
Jockeys – También son jinetes, pero en este caso dedicados a las carreras de caballos, por lo que además de las cualidades de cualquier jinete, se requieren otras características físicas, como son el peso y estatura. El jockey debe ser valiente y decidido, debe conocer a su caballo y saber dosificarlo hasta el sprint final.
¿Cómo se escribe correctamente jinete en español?
‘Persona que monta un caballo’ y ‘persona diestra en equitación’.
¿Cuánto le pagan a un jockey?
Ser jockey: cómo viven y qué sienten los que compiten poco o no ganan seguido Rodolfo Davancens Carlos Lares – LA NACION Súper competitivo y exitista, en el turf argentino los errores, limitaciones o descuidos de los jockeys no generan rencor, pero tampoco se los olvida. Si bien hay carreras casi todos los días del año, las exigencias crecen al ritmo del parque caballar y el pan hay que ganárselo a fuerza de éxitos y una constancia inquebrantable para estar en la vidriera.
- Es un camino tan palpable para las grandes figuras como empinado para muchos de los más de 200 jinetes habilitados, la mayoría sin un sueldo.
- Algunos pasan meses sin ganar en una actividad donde la recompensa es únicamente el 10% del premio obtenido por el ejemplar que montan, lo que supone una ganancia de entre $ 3000 a 15.000, según el nivel de las carreras básicas.
“Mis objetivos y mis aspiraciones de vida no van de la mano. Hay que aceptar la realidad”, sintetiza Agustín Mascazzini, cuya vocación por los pura sangre va cambiando del arte de guiarlos al de entrenarlos. A los 34 años, una edad en la que el jinete aún tiene mucho camino por recorrer, el platense evalúa seriamente el plan B.
- Comencé a preparar caballos en 2013, durante una convalecencia por una rodada; gané 7 carreras y le tomé el gusto.
- Ahora tengo casi 10 caballos a cargo”, detalla.
- Aquel porrazo lo dejó fuera de las pistas dos años y medio, complicado por una fractura de tibia y peroné, y un posterior desgarro.
- Hasta que tuve el alta médica para volver me cubrió el seguro”, explica.
Se trata del pago por día inactivo equivalente a la monta perdida, que es una bonificación por no haber terminado en los puestos con premio, los primeros cinco o seis de cada prueba, según el hipódromo. “Sufrí desde lo emocional. Había quedado con miedo después de la caída y así no se puede seguir.
Esto es muy competitivo como para dar ventajas. Por eso, si todo me sigue saliendo bien como cuidador creo que voy a dejar de montar a fin de año. Mientras tanto, entreno y corro algunos míos, gracias al apoyo de amigos”, profundiza. Con abuelos jockeys y varios entrenadores en la familia, Agustín lleva las carreras en el ADN.
A los 18 años egresó de la Escuela de Capacitación de y se recibió meteóricamente al conseguir los 120 éxitos necesarios. Desde su regreso ganó sólo una de las poco más de 30 veces que compitió, en diciembre pasado. Todo un contraste. “Mis viejos me bancaron hasta que me pude administrar y luego me fue bien. Jonatan Oger Carlos Lares – LA NACION Para las figuras, las posibilidades se renuevan cada 25 minutos, el tiempo estimado entre carrera y carrera. Otros, están a la espera de una oportunidad. La tiene nuevamente Rodolfo Davancens, desde que volvió a Tandil, su ciudad natal, tras las últimas fiestas navideñas.
- Me costaba mucho mantenerme en peso.
- No podía bajar de 57 kilos y dejé.
- Estuve un año atendiendo un kiosko en Caballito, sin ir a ningún hipódromo y mirando sólo a veces las carreras de los caballos de mi papá.
- Hasta que volví a los pagos y me picó el bichito otra vez”, repasa el jinete, de 27 años, al que le faltan alrededor de 10 victorias para graduarse.
Disfruta de una nueva etapa. Sostiene que “el cuerpo se reacomodó” y ahora no le demanda tanto esfuerzo estar liviano. “Estoy en 52 kilos. Volví a cuidarme, a comer mejor, a trotar. El peso dejó de ser un problema”, asegura, sonriente. Las oportunidades, no obstante, no sobran.
Para contar los éxitos recientes alcanza una mano. Antonio Lamas y Rosa Martínez, dos entrenadores de su ciudad, le tendieron la otra y se agarró fuerte. También su padre, del mismo nombre, y un socio, que le pagan por cada caballo que monta en las frías madrugadas tandilenses. “Son una buena ayuda para los viajes, aunque a veces son a pérdida”, dice, sin bajonearse.
No es día para hacerlo. Sobre todo porque en San Isidro llegó segundo en la única carrera que corrió y eso le implica un premio de casi 1600 pesos, casi el doble de lo que le cuesta el pasaje ida y vuelta. “Llegué esta mañana y ahora me voy a Retiro. Mañana hay que entrenar temprano.
Esta vez resultó una buena inversión el viaje”, agrega Rodolfo. Le brillan los ojos. Parece que hubiese ganado la Copa del Mundo. Otras veces, si compite en días seguidos, pasa las noches en las habitaciones que hay en las villas hípicas de cada hipódromo. “Me crié en el turf, entre caballos. Todo sea por la posibilidad de correr”, afirma.
Para muestra, valen más detalles: hace nueve años dejó de ser alumno en la escuela del Jockey Club y hasta 2014, cuando faltaban las montas en Buenos Aires, sacaba boleto y viajaba los domingos a Misiones, San Luis, Córdoba o Entre Ríos para ganarse el sustento.
- Eran carreras extraoficiales, a veces con caballos de otra raza, como los cuartos de milla”, confiesa, y pronto le viene a la memoria que debe agendarse un compromiso en Olavarría para el fin de semana.
- Suficiente para mantenerse motivado en una semana huérfana de convocatorias por los escenarios principales del país.
Walter Maximiliano Marrades es tucumano, tiene 26 años, se crió y formó en las cuadreras, casi jugando durante la infancia en esas competencias informales en calles de tierra, con gateras que rechinaban al hamacarse los caballos adentro. “De chico disfrutás, es un divertimento.
- Después, todo cambia.
- Había momentos en los que no tenía plata y quería comer.
- Otros, hacía unos mangos, pero trabajaba tantas horas todos los días que no quedaba tiempo para darse gustos.
- Pasé de correr 14 o 15 carreras por día a 3 o ninguna.
- Ahí es cuando la cabeza comienza a trabajar mal, sentís el desarraigo, rompés todas las dietas.
Si una semana no corría y me invitaban a un asado, no lo pensaba dos veces. ¡Claro que iba!”, describe, sin titubear. Marrades, al que los amigos llaman Maxi, creció de golpe cuando viajó a probarse en “Nunca lo pensé. Pero me hice jockey rápido, gané bastante y no me desesperé cuando vino la mala época porque la invertí. José Luis Bone Archivo “No tengo muchas expectativas. Me había vuelto a la provincia y en el verano tuve que venir por unos trámites personales. Como llevaban un tiempo, volví a montar y ver qué pasaba. Y ahí apareció Sir Melody, un caballo de gente amiga con el que ya había ganado allá y estuvo invicto en las dos primeras acá”, continúa el relato.
“Allá” es donde la familia sigue esperando por él, y “acá” es y La Plata, donde en ese orden se impuso por varios cuerpos. “Por ahí esto me hace demorar el regreso”, apunta, risueño. El 24 de septiembre se corre el Batalla de Tucumán en el Jardín de la República. Es una cita marcada a fuego. Mientras hace caja en Buenos Aires, palpita que ese día buscarán juntos la gloria en casa.
Para Jonatan Oger, correr o ganar poco no lo condiciona. Encontró un modo de hacerlo más llevadero mientras aparecen las posibilidades. “Ahora estoy con Hugo Pérez. Estoy de galopador. Tengo un sueldo. Y estoy viendo si también voy a Palermo algunos días”, apunta el rosarino, de 27 años, que no ha perdido el fanatismo por Rosario Central aunque lleve casi una década viviendo entre Villa Adelina y Boulogne.
Comenzó en el hipódromo del Parque Independencia y luego de 10 festejos cambió de provincia. “Ahora dicen que está mejor Rosario, pero en aquel momento cobraba apenas 12 pesos por cada monta perdida”. Poco premio por participación para quien en la infancia les pidió a los padres que le regalaran una yegua mestiza para andar y le tomó tanto el gusto que se convirtió en jockey.
“Hice la escuela allá y luego, en San Isidro. Al principio sólo podía correrles a cuidadores del interior. No ha sido sencillo. Hay que ponerle el pecho”, recuerda. En tiempos en los que hay pocas posibilidades, no pierde la calma. “Estuve yendo a Entre Ríos, donde los premios son bastante más bajos, pero los entrenadores o los dueños de los caballos te dan algo más.
- De paso, me mantengo en estado”, acepta Jonatan, que el año pasado terminó de cursar la secundaria, en turno noche.
- Me va a servir para el futuro”, sostiene, entre picaditos de fútbol, mediodías de trote o bicicleta y tardes de asado, fernet y pesca por San Fernando o Zárate “para pasar el tiempo y mantener la cabeza ocupada cuando no hay montas”.
A los que corren poco o no ganan, la Gremial a la que están afiliados les brinda una colaboración mensual de 4000 pesos. Eso también ayuda a calmar la ansiedad. Otro ejemplo de sacrificio entre tantos es José Bone, que hace seis meses quiso renovar su patente y volvió a montar, en La Plata.
- Las cosas no estaban saliendo, andaba con problemas de columna y necesitaba reposo.
- Por eso, dejé casi dos años y me puse a trabajar en una empresa de aires acondicionados.
- Cuando volví a correr me independicé y ahora alterno entre el turf y eso.
- Me doy maña”, relata, humilde, este bonaerense nacido hace 33 años en 25 de Mayo, allí donde el abuelo Carlos tenía caballos que entrenaba para las cuadreras y José utilizaba algunos mestizos para hacer diariamente los kilómetros que separaban su casa de la escuela.
Bone está lejos del prototipo de jockey. Mide 1,77m, apenas dos centímetros menos que uno de los bases de la selección argentina de básquetbol. No ha sido un escollo insalvable. “Los caballos estuvieron presentes en mi vida desde que nací. Fui petisero de polo cuando tenía 7 y 8 años.
- Siempre hay amigos que siguen incentivándome para que no afloje y me hacen entusiasmar.
- Ernesto Donadío me dio una mano grande”, recuerda.
- También tiene el respaldo incondicional de Mirta, su madre, y lo tenía de Carlos, su padre, que estuvo ocho años en la espera de un trasplante de riñón que nunca llegó.
“Me apoyaba en todo lo que fuera relacionado a los caballos. Me vio correr en Mar del Plata, antes del cierre del hipódromo, y estuve alejado de la actividad un año y pico porque quería ser su donante”, confiesa. Competir implica tener la mente al 100% en la carrera para asumir los riesgos de la profesión, lanzándose a 60km/h parado sobre un par de estribos y sujetado por unos centímetros de riendas.
¿Cuánto dinero gana un jockey en Estados Unidos?
¿Cuánto gana un Yard Jockey en Estados Unidos? – El salario yard jockey promedio en Estados Unidos es de $42,204 al año o $20.29 por hora. Los cargos de nivel inicial comienzan con un ingreso de $37,099 al año, mientras que profesionales más experimentados perciben hasta $54,600 al año.
¿Quién es dueño del Jockey Club?
Enlaces externos –
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Jockey Plaza Shopping Center, Jockey Plaza
¿Cómo se dice en inglés jockey?
Jockey
Principal Translations | ||
---|---|---|
Spanish | English | |
jockey, yoquey nm | (jinete profesional) | jockey n |
El jóquey no pudo participar en la carrera porque se había caído durante un entrenamiento. | ||
The jockey couldn’t take part in the race because he had fallen during a workout. |
¿Qué necesito para ser jockey?
¿QUÉ SE NECESITA PARA SER UN JOCKEY? — The Pennsylvania Horse Racing Association La disciplina, la determinación, el trabajo duro y la competitividad son rasgos de personalidad necesarios para un atleta de élite, y para ser un jockey, agrega coraje, fuerza, equilibrio, reflejos rápidos como el rayo y una relación con un animal de mil libras.
Algunas personas piensan que un caballo de carreras hace todo el trabajo y un jockey es solo un pasajero, pero la verdad es que ambos son atletas de élite que trabajan en equipo. Único entre los atletas, un jockey joven en su mejor momento físico a menudo compite en la misma carrera contra un jockey inteligente, conocido, experimentado, pero con décadas de edad, y a diferencia del llamativo apoyador que solo juega durante varias temporadas, la carrera de un jockey a menudo abarca décadas.
Numerosos desafíos físicos y mentales enfrenta un jockey. “Las carreras de caballos son el único deporte en el que te sigue una ambulancia”, señaló Joe Hampshire, jinete retirado durante más de treinta años y actualmente agente de jinetes del principal jinete de Parx Racing, Mychel Sanchez.
- Montar carreras es un negocio peligroso, pero ser jinete es más que montar a caballo.
- Los jinetes se venden todos los días a los propietarios y entrenadores con la esperanza de conseguir monturas, y para la mayoría de los jinetes, mantener el peso bajo es una lucha diaria.
- Según Hampshire, “montar a caballo es solo una parte de ser un jinete.
Tu personalidad, la forma en que te presentas, tu ética de trabajo y la forma en que afrontas los altibajos de las carreras son los secretos del éxito “. En el siglo XIX y principios del XX, los jinetes más destacados y famosos eran los afroamericanos, pero a principios del siglo XX, el racismo finalmente los expulsó cuando los jinetes blancos deseaban el trabajo de montar para los propietarios de caballos adinerados.
- Hoy, los jinetes latinoamericanos dominan las carreras estadounidenses.
- Muchos son de Panamá, México, República Dominicana, Puerto Rico y Venezuela, donde las escuelas de jockey educan y preparan a los ciclistas para una carrera en la industria de las carreras.
- En las áreas pobres y con frecuencia infestadas de delitos de América Latina, la industria de las carreras de caballos ofrece esperanza y oportunidades para los desfavorecidos.
Hay varias opciones disponibles para hombres y mujeres jóvenes que siguen una carrera como ciclista. En los EE. UU., No se requiere entrenamiento formal en una escuela de jockey, pero casi todos los demás países requieren que sus jinetes asistan a la escuela de jockey.
- El Reino Unido, Francia, Sudáfrica, Japón y Hong Kong ofrecen programas integrales que enseñan a montar y todos los aspectos de las carreras de caballos junto con cursos educativos para equipar a los estudiantes con las habilidades necesarias para tener éxito en su carrera.
- Algunos de los jinetes más famosos y exitosos del mundo, incluidos Jorge Velásquez, Alex Solís y Luis Sáez, crecieron en Panamá y asistieron a la Academia de Entrenamiento Técnico de Jockey Lafitte Pincay Jr.
Inaugurado en 1960 al este de la ciudad de Panamá, los aspirantes a jinetes se inscriben en un programa de dos años que enseña equitación, cuidado de equinos, manejo de establos y ahora incluye clases de secundaria en inglés, matemáticas, nutrición, alimentación saludable y fitness.
- Los países latinoamericanos con escuelas similares incluyen a Venezuela, Puerto Rico y México.
- La única escuela de jockey en los Estados Unidos es la North American Racing Academy, que está afiliada a la Bluegrass Community and Technical College en Lexington, Kentucky.
- Fundada en 2006 por un grupo de jinetes de Kentucky y encabezada por el jinete retirado del Salón de la Fama Chris McCarron, la escuela sigue el modelo de la British Racing School y prepara a los estudiantes para carreras en el campo equino.
“Los requisitos para los 10 a 12 espacios disponibles en el programa de conducción incluyen una serie de pruebas físicas como correr una milla. Ponemos a los estudiantes potenciales en un caballo para observar su habilidad natural, y el límite de peso para el programa de equitación es de 135 libras “, explicó Remi Bellocq, Director Ejecutivo de Programas Equinos de Bluegrass Community and Technical College.
- Los cursos incluyen clases de equitación, cuidado de caballos, nutrición, acondicionamiento físico y negocios que conducen a un título de asociado en ciencias equinas.
- También fomentamos las pasantías y nos hemos asociado con granjas y entrenadores de todo el país.
- Abrazamos todas las facetas del negocio de las carreras y nuestro programa de equitación es un camino para montar el caballo de carreras “.
No todos los aspirantes a jinetes eligen la escuela de jinetes. Dos de los principales jinetes de Parx se prepararon para sus carreras de diferentes maneras. Frankie Pennington, el talentoso jockey que batió récords, creció en Texas, donde su padrastro, un entrenador, le enseñó a montar.
Aprendió el negocio de los caballos de carreras desde cero y lo hizo todo, incluyendo montar, acicalar, entrenar y pasear caballos. Comenzó su carrera como ciclista en la pista de carreras Thistledown en Ohio y luego se mudó al entonces Philadelphia Park, ahora Parx, donde marcó su victoria de 2500 en 2020.
Durante 2006, estableció un récord de 259 victorias y ganó su primer título de piloto líder en Parque de Filadelfia. “Creo que la parte más difícil de ser un jockey es que no puedes ganar todo el tiempo. Los jinetes son atletas subestimados. Estamos bajo estrés constante y competimos en un deporte peligroso “, comentó Pennington.
- El modesto jinete estableció otro récord cuando ganó el premio de piloto líder en 2018 en Parx por quinto año consecutivo.
- El actual piloto líder de 2020 en Parx, Mychel Sanchez creció en Venezuela, donde asistió a la escuela de jockey y fue el número uno en su clase.
- Después de mudarse a Parx, se asoció con el agente Joe Hampshire, y los dos son una combinación ganadora.
“Mychel es un gran niño. Es un buen oyente, tiene una gran actitud y se toma con calma los altibajos de las carreras. Es muy maduro y responsable de su edad “, explicó Joe Hampshire, él mismo ganador de 18 títulos de conducción líderes en Suffolk Downs en Boston.
En noviembre de 2020, Mychel dio positivo en COVID 19, pero se sintió bien y no tenía síntomas. Después de la cuarentena, vuelve al círculo de ganadores. El brillo, el glamour y el gran dinero del Derby de Kentucky o del Saratoga eluden a la mayoría de los jinetes. Muy pocos ganan millones o participan en el Derby de Kentucky y se convierten en nombres familiares.
A diferencia de los salarios multimillonarios de otros atletas profesionales, los jinetes típicos viajan cinco o seis días a la semana en todo tipo de clima, desde calor extremo hasta frío intenso, lluvia torrencial, y solo ganan entre $ 35 y $ 100 por carrera.
Pueden participar en seis o siete carreras por tarjeta, y en Pensilvania, un jinete ganador recibe el 10% del bolso del propietario, y el segundo y el tercer lugar reciben el 5% del bolso del propietario. Para un jockey, la disciplina y el sacrificio personal son constantes. La vida de un jockey está en juego cada vez que escucha “jinetes arriba”.
: ¿QUÉ SE NECESITA PARA SER UN JOCKEY? — The Pennsylvania Horse Racing Association
¿Cuánto gana un jockey en Argentina?
UN DEPORTE EN EL QUE SOLO SIRVE GANAR Hasta el cuarto puesto el jockey se lleva 10% del premio. Los mejores corren 15 carreras por semana; otros apenas una. Conviven con el hambre para llegar al peso justo. Tienen jubilaciones de $ 11.000. Quieren luchar por mejores condiciones y ya solicitaron al MEC el registro de su sindicato.
- Si perdés el ómnibus dejalo.
- No te arrepientas nunca.
- No lo corras.
- Mejor no tentar a la suerte.
- A la mala suerte”, aconseja serio Mario Rodríguez, de 65 años y postrado hace 30 en una silla de ruedas.
- Está en el patio de su casa, que es también su lugar de trabajo: un stud con 16 caballos que cada fin de semana compiten a dos cuadras de allí, en el Hipódromo de Maroñas.
Mario conoció la gloria. Fue jockey. Lideró la estadística en 1979 con 103 carreras ganadas y obtuvo el último cuádruple coronado de la historia, en 1989, tras conseguir los cuatro principales premios del turf: Polla, Jockey Club, Nacional y Ramírez. Ese fue el mismo año que un caballo de 500 kilos se le cayó encima.
Fue en medio de una carrera, de una carrera que él no quería correr. Era un domingo de diciembre de sol radiante. Había competido y ganado en Maroñas, pero tuvo el impulso de ir por más. Así se fue rumbo al hipódromo de Las Piedras. Llegó, le dio el látigo y el casco a un amigo, y se fue a tomar un helado con su esposa.
Tras el último bocado le dijo que mejor se iban, que no quería montar, que tenía un mal presentimiento. Se subieron al auto y con la llave ya puesta se acordó del látigo y el casco. Se arrepintió. “Corro y vamos”, dijo. El caballo se dio vuelta en una curva a 60 kilómetros por hora.
- Con medio cuerpo debajo de la mole empezó a pegarle con la fusta para que se moviera, pero en eso su amigo quiso ayudarlo, lo tomó de abajo de los brazos, lo trató de sacar, y en el tironeo le rompió dos vértebras y le perforó un pulmón.
- Acá los médicos no pudieron hacer nada.
- Tenía una casa y un auto que vendió para irse a operar a Cuba.
Tampoco hubo remedio. Volvió sin poder caminar y sin un peso, con una mujer y dos hijas de 10 y seis años que mantener. Habló con algunos dueños de caballos y se hizo cuidador y entrenador. Pudo empezar de nuevo. Pero todavía se le ponen húmedos y rojos los ojos cuando cuenta su historia.
Él se arrepiente del instante en que decidió volver y correr, pero no de la profesión que eligió. “Ser jockey es el mejor trabajo del mundo”, jura con terquedad. No puede evitar cierto aire soberbio al advertir que el exjugador de fútbol Fabián ONeill le confió sus equinos, o cuando cuenta que su yerno también es jockey y que en los primeros años él le dio algunos consejos.
En su foto de Whatsapp se lo puede ver de pie, muy joven, muy distinto, con una chaqueta blanca, anaranjada y verde, con el casco bajo el brazo izquierdo, mirando el horizonte, impecable. Ahora tiene la barba crecida, un saco de lana azul con pelotitas y un pantalón deportivo.
- Desde su silla también se enorgullece de cuidar caballos importantes como Dog Valiente, que el pasado 3 de junio ganó un premio de US$ 50.000, de los que él se embolsó US$ 5.000.
- Cuando un caballo sale primero, segundo, tercero o cuarto, 10% de lo ganado va para el cuidador, 10% para el jockey, 10% se reparte entre capataz, peón y sereno, y el 70% va a parar al bolsillo del dueño del animal.
Todos además tienen un salario (Mario recibe entre $ 16.000 y $ 18.000 por caballo que cuida), menos el jockey que para cobrar tiene que correr. Y en caso de hacerlo, si no logra salir entre los cuatro primeros obtiene una “monta perdida”, que son $ 1.050. Mario Rodríguez, excampeón y cuidador. Foto: Fernando Ponzetto Se pueden jubilar como deportistas después de 25 años de trabajo, pero como hacen un aporte mínimo los que se retiran reciben unos $ 11.000 al mes. Por eso muchos no tienen más alternativa que seguir trabajando, y reciclarse como entrenadores, cuidadores o serenos.
¿Cómo se escribe Yoki gorro?
De Wikipedia, la enciclopedia libre No debe confundirse con Gorro, La gorra, (también llamada cachucha en algunos países de América, y jockey en Chile ), es un accesorio diseñado y creado para cubrir la cabeza y proteger los ojos de la luz natural (solar) y la luz artificial (eléctrica) mediante una visera y una pieza ajustable al cráneo, que puede incluir alas laterales. También puede ser utilizada como accesorio decorativo.
¿Cómo se dice en español hockey?
1. Hockey o jóquey – Jóquey es la forma hispanizada del término inglés hockey, pero sigue siendo muy frecuente en el uso esta última forma, que, por no adaptarse a la ortografía del español, se escribe en cursiva.
¿Cómo se escribe jockey en francés?
Jockey
Principales traductions | ||
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Español | Francés | |
jockey, yoquey nm | (jinete profesional) | jockey nm |
El jóquey no pudo participar en la carrera porque se había caído durante un entrenamiento. |
¿Qué significa va sin jockey?
Su título y coro guardan relación con la expresión utilizada en el tema Cójela (cógela*) Que Va Sin Jockey de Daddy Yankee, empleada para describir a una mujer libre.