Como Tener Una Buena Relacion Con La Comida?
Wakabayashi Asako
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Estrategias para mejorar tu relación con la comida
- Identifica tus emociones.
- Busca alternativas para canalizar y gestionar las emociones.
- Elige alimentos más saludables.
- Busca más reforzadores o actividades que te hagan sentir bien.
- Evita asociar emociones y comida en tu lenguaje cotidiano.
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¿Qué es una buena relación con la comida?
¿Tengo una buena relación con la comida? Los recientes avances en nutrición de las últimas décadas han permitido determinar la importancia de una alimentación saludable y equilibrada; estos avances han producido una gran preocupación por la vida sana que incluye una alimentación saludable; que a su vez ha generado un interés en la población hacia el mundo de la nutrición.
En los últimos años, ha habido un aumento de influencias de nutrición y vida saludable que divulgan multitud de opiniones, métodos e información en las redes sociales, que algunas veces pueden seguir el método científico y otras no. Ante estas recomendaciones que encontramos en las redes, es importante reconocer aquellos perfiles y movimientos que puedan afectar de forma negativa a la relación con la alimentación, llevándolos a un extremo poco saludable.
Estos movimientos han causado cierto miedo a muchos alimentos, generando una gran obsesión en la restricción de estos; sus mensajes han perjudicado a personas vulnerables a nivel psicológico a no tener una buena relación con la comida, pudiendo causar sentimiento de culpa después de comer estos “alimentos prohibidos”.
La preocupación por la alimentación ha llevado a la creación de aplicaciones (Apps) nutricionales; donde se escanea el código de barras del producto en cuestión y la aplicación clasifica el producto como “Alimentos buenos y alimentos malos”. Se puede considerar que existe una mala relación con este tipo de aplicaciones cuando se hace un uso excesivo y compulsivo, así como cuando se deja de lado el criterio propio para la utilización del criterio de la App.
Estas pueden ser beneficiosas en el momento de la compra, para esas personas que tengan una buena relación con la comida. Ayudando al consumidor a identificar aquellos alimentos que a priori pueden parecer saludables pero realmente no lo son tanto; y así poder hacer elecciones basadas en nuestro criterio real y no influenciado por campañas de marketing. En el boom de la nutrición han surgido nuevos comportamientos alimenticios; la nutrición intuitiva ha sido uno de los que ha cogido más fuerza. Este concepto se basa en seguir la intuición y la suposición del cuerpo sobre las cantidades correctas, los alimentos idóneos y las señales de hambre y saciedad, comiendo cuando se tiene hambre y dejando de comer cuando se está lleno.
El objetivo de la nutrición intuitiva es eliminar aquellos aspectos que condicionan a nuestra dieta como evitar alimentos prohibidos y observar cómo responde nuestro cuerpo a cada alimento. Algunas personas utilizan la nutrición intuitiva con el objetivo de perder peso, aunque no sea uno de sus objetivos; en las personas que padecen un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), se debe estar alerta a la hora de recomendar este tipo de alimentación, ya que puede llevar a la confusión.
Para mucha gente tener una buena relación con la comida es seguir las recomendaciones de las guías alimentarias (herramientas educativas que adaptan los conocimientos científicos en el ámbito nutricional); la más empleada actualmente es la pirámide alimentaria.
Seguir al extremo etas recomendaciones puede llevar a cambios negativos en la relación con la comida, fomentando una alimentación estricta y restrictiva de ciertos alimentos que puede derivar a sufrir ansiedad o fobia por la comida. Las recomendaciones que aparecen en las guías alimentarias son de carácter general y estas pueden variar según la persona, ya que, por ejemplo, una persona sedentaria no necesita consumir lo mismo que un atleta. Pero, ¿Qué es tener una buena relación con la comida?
Tener una buena relación con la comida es poder disfrutar de los alimentos que comes sin que nos invada un sentimiento de culpa después de ingerirlos. Además, se basa en escuchar y respetar las sensaciones de hambre y saciedad. Ningún alimento está prohibido y, es importante, saber que un alimento saludable no es únicamente nutritivo, sino que también puede ser sabroso. : ¿Tengo una buena relación con la comida?
¿Cómo saber que tengo una mala relación con la comida?
Cuando se tiene una relación tóxica con la comida es muy probable que se aumente el deseo de controlar las calorías que se ingieren, pero terminan en una pérdida absoluta del control, dando como resultado sentimientos de culpa, ansiedad o depresión con la alimentación o el cuerpo.
- Te compartimos 6 señales que indican que tienes una relación tormentosa con tu comida o con tu cuerpo: 1.
- ¿Estás pensando todo el día en lo que comiste? Cuando existe una relación tormentosa no puedes dejar de pensar en las calorías de la comida o si lo que acabas de comer te va a engordar.2.
- Ves tu alimentación como un requisito: No disfrutas el comento de cocinar o comer por estar pensando en que debes comerlo para lucir un cuerpo de determinada manera, en lugar de disfrutar cada comida.3.
Adaptas tu vida a tu alimentación en lugar de adaptar tu comida a tu estilo de vida: Si ves el postre como un pecado estás limitando tu vida a tener un menú muy reducido. Lo mejor que puedes hacer es adaptar tus postres y platillos favoritos a una versión saludable que le dé sabor y valor nutricional a tus recetas.4.
No te sientes feliz con tu cuerpo porque no te ves de determinada forma: esta sin duda es la señal más notoria, en donde sientes que estás haciendo todo mal o te sientes inconforme con tu cuerpo solo por el aspecto que tiene en lugar de darle mayor prioridad a tu calidad de alimentación.5. Dejas de comer para compensar: Si un día tuviste un atracón en tu alimentación lo compensas con saltarte una comida el mismo día o al día siguiente para nivelar las calorías.
Comer debe ser un momento de felicidad, no de culpa. Procura añadir ingredientes que le den sabor y valor nutricional a tus recetas para que cada tiempo de comida lo disfrutes al máximo. Fuentes: https://www.fernandoaceiro.com/psicologia/relacion-con-comida-buena-o-toxica/ https://www.instagram.com/p/CW8q8e0qbMp/ https://www.todoparaellas.com/wellness/2021/4/23/relaciones-toxicas-con-la-comida-estas-senales-te-ayudaran-reconocer-si-tienes-una-8298.html https://chilepsicologos.cl/tengo-relacion-toxica-con-comida-claves-para-que-la-mejores-ya
¿Cómo influye la personalidad y la alimentación?
La importancia de la alimentación –
- La importancia de elegir nuestra alimentación afecta desde que estamos en el vientre de mamá, de hecho, los primeros dos años de vida nuestro cerebro básicamente duplica su tamaño por nuestra alimentación; para los 10 años de edad las conexiones neuronales llegan incluso a superar las de un adulto.
- De adultos decidimos saltarnos el desayuno por falta de tiempo, pero desayunar o no desayunar se puede volver un tema fundamental a la hora de analizar la habilidad y rapidez para resolver problemas en nuestro trabajo, la motivación para realizar actividades físicas por la tarde, incluso nuestra capacidad para relajarnos y descansar son funciones determinadas por señales en el cerebro que requieren estar bien nutridas.
- El estrés y la falta de sueño pueden multiplicar la necesidad de ciertos nutrimentos.
Estudios demuestran que la combinación de pobreza nutricional con estrés emocional y hábitos como fumar o falta de ejercicio, propician mayor incidencia de desordenes de conducta como violencia, hiperactividad, depresión, migrañas, ansiedad o pérdida de la memoria.
¿Cómo influye la alimentación en el estado de ánimo?
Relación entre alimentación y estado de ánimo – Esta conexión directa entre lo que comemos y cómo nos sentimos se comprueba de forma sencilla, ya que cuando estamos alegres, nuestro apetito suele aumentar. Mientras que, si estamos en un momento negativo o tenso, las ganas de comer disminuyen; aunque también hay ocasiones en las que puede suceder el efecto contrario y darnos un atracón. El doctor Ildefonso Muñoz He rrera, especialista en Psicología clínica del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar, indica que “existen alimentos que son beneficiosos para nuestra salud que, además, mejoran nuestra energía y nos hacen más fuertes y positivos psicológicamente”.
¿Cómo influye la alimentación en la salud emocional?
Relación entre las emociones y la alimentación – Infoalimenta – Artículos de interés \ \ Artículos de interés INTRODUCCIÓN La investigación científica presenta cada vez un mayor interés por el estado de salud de la población y por el comportamiento alimentario.
Comer no es un hecho meramente fisiológico cuya única finalidad es cubrir los requerimientos nutricionales y asegurar la supervivencia del individuo. La conducta alimentaria forma parte del conjunto de factores culturales, sociales, psicológicos, religiosos, económicos y geográficos que integran un determinado grupo social.
Existen unos motivos biológicos relacionados con los mecanismos de hambre y saciedad, que explican parte del comportamiento de ingesta en el ser humano, pero además las emociones también condicionan sustancialmente este comportamiento humano.
Comemos para sentirnos bien emocionalmente Las emociones provocadas por las características estimulares del alimento afectan a la elección de los alimentos Las emociones con una activación o intensidad elevadas suprimen la ingesta debido a respuestas emocionales incompatibles Las emociones moderadas en activación o intensidad afectan a la alimentación dependiendo de la motivación para comer En situación de restricción de alimentos, las emociones negativas o positivas incrementan la ingesta debido al déficit en el control cognitivo En la ingesta normal, las emociones afectan a la alimentación en congruencia con sus características cognitivas y motivacionales
Ante la sensación de hambre, la sola ingesta de una comida puede alterar el humor y las emociones reduciendo el nivel de activación y la irritabilidad, al tiempo que incrementa la calma y el afecto positivo. En una revisión reciente (Match, M., 2008), se presentan cinco formas especificas de cómo se relacionan las emociones con la alimentación, que veremos a continuación: Un alimento rico en energía, como el azúcar o la grasa, puede provocar respuestas emocionales afectivas positivas; al contrario, alimentos con componentes amargos producen emociones negativas y rechazo.
Para que tenga lugar esta respuesta, ha de valorarse el alimento de forma afectiva. En este sistema de valoración emocional interviene la amígdala, que participa en la conducta alimenticia y en la emoción. La información llega a esta área por dos vías: una rápida, que permite decidir inmediatamente si aquello que ingerimos es bueno o no para nosotros por sus características físicas; y otra más lenta, que proviene de la corteza cerebral y contiene mayor información sensorial.
A partir de estos datos la amígdala proporciona ese sentimiento subjetivo, que es analizado en zonas más evolucionadas de la corteza cerebral como el cortex orbitofrontal, implicado en el aprendizaje sobre la alimentación. Esta información se almacena en la memoria para situaciones posteriores.
La experiencia con un alimento placentero puede provocar una fuerte respuesta emocional de deseo o ansia por determinado tipo de comida, que en el peor de los casos puede desembocar, junto a otros factores, en un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Desde el punto de vista psicológico, lo que ocurriría es que al asociar un estado emocional determinado con la ingesta de un alimento puede llegar a condicionarse la respuesta fisiológica de la emoción a la simple presencia o ingesta de este alimento.
En este caso, el organismo reaccionaría de igual modo al alimento condicionado que a la emoción. La reducción de la ingesta ante una situación de estrés parece ser una respuesta natural adaptativa. Las causas se generan tanto en el plano conductual, por desactivación y aislamiento del entorno, como en el fisiológico, por inhibición de la motivación a través de respuestas autonómicas asociadas.
- Por otra parte, se sabe que el estrés retrasa la absorción de glucosa y el tránsito intestinal, interfiriendo así en la digestión.
- Ante una situación de estrés sostenido, la corteza suprarrenal secreta glucocorticoesteroides (hormonas que estimulan la formación de glucosa a partir de proteínas principalmente).
Estos últimos, junto a la insulina, estimulan el impulso e ingestión de alimentos placenteros o confort. Lo que es más grave es la asociación encontrada en adolescentes entre estrés y reducción de ingesta de frutas, vegetales, y probabilidad de desayuno diario, que es independiente del género, el peso corporal, el nivel sociocultural, y la etnia.
- Así, el estrés, puede suponer un riesgo en el establecimiento de una dieta no sana.
- Determinados sujetos utilizan la alimentación como una forma de reducir el estrés en emociones negativas.
- Hace tiempo que se sabe que la dulzura y cremosidad de determinados alimentos mitiga los efectos del estrés a través de la mediación de los opiáceos endógenos o endorfinas, la insulina, la dopamina y la serotonina, entre otras sustancias.
Además, ante una situación de estrés, se incrementa el consumo de alimentos con alto grado de palatabilidad, al percibirse como más placenteros. Se ha identificado un rasgo de la personalidad, denominado sensibilidad a la recompensa, que se asocia con una mayor elección de alimentos dulces y grasos.
- Otros rasgos de personalidad también influyen en la ingesta de este tipo de alimentos.
- Así, se produce una fuerte preferencia por los dulces en personas con problemas en las relaciones sociales y con tendencia a sentir emociones desagradables y estresantes.
- Las personas más hostiles y ansiosas tienen tendencia a seguir comiendo una vez saciado el apetito.
En estos casos, el individuo puede perder el autocontrol, llegando a utilizar la ingesta como una forma habitual de reducir la ansiedad o los efectos negativos del estrés. Así, se producirá una sobrealimentación que conduce a la obesidad con un impulso cada vez mayor por la consecución del alimento, pero con una reducción en el placer que se experimenta.
- Por otro lado, la sociabilidad y la baja impulsividad se correlacionan con mayor control y monitorización de la dieta y el peso corporal.
- En términos generales, los alimentos altos en azúcar y grasa son más eficaces para aliviar las emociones negativas, mientras que los alimentos bajos en calorías incrementan las emociones positivas cuando ya están presentes.
Cuando un sujeto lleva una dieta restrictiva autoimpuesta, la presencia de una emoción negativa, que exige la emisión de una conducta urgente, la reducción del estrés, conlleva el abandono circunstancial de la dieta. Se ha planteado que esta falta de control se debe a una limitación en la capacidad cognitiva, donde la atención sobre la dieta se desvía por un estímulo urgente.
- La tristeza, por ejemplo, está asociada a la reducción de la actividad motora, el enlentecimiento de los procesos cognitivos, y una pérdida de interés y falta de disfrute de actividades placenteras (anhedonia) mediado por neurotransmisores.
- Al contrario, la alegría se asocia con un incremento en la capacidad de procesamiento y percepción de estímulos y con el hecho de implicarse en situaciones placenteras.
Así pues, en sujetos normales se dan cambios en cuanto a la ingesta provocados por diferentes estados emocionales, pero siempre dentro de unos límites adaptativos. Factores como el género y la edad también influyen en el consumo de alimentos confort. Las concepciones que hombres y mujeres tienen de su ingesta son diferentes.
Las mujeres, cuando se encuentra mal, pueden tender a tomar más alimentos placenteros; sin embargo, los hombres hacen lo mismo cuando se encuentran alegres. Debido a la influencia cultural, los alimentos placenteros alivian las emociones negativas en las mujeres pero provocan una mayor sensación de culpabilidad.
Por su parte, en los consumidores mayores, experimentar una emoción positiva incita a una mayor ingesta hedónica de alimentos. Al contrario sucede con los más jóvenes, que tienden a un mayor consumo cuando muestran emociones negativas previas. BIBLIOGRAFÍA Rodríguez-Santos, F., Aranceta Batrina, J.
¿Qué es la pato manía?
La potomanía es el deseo de consumir grandes cantidades de líquidos, como el agua (polidipsia) o bebidas alcohólicas (dipsomanía).
¿Qué es la enfermedad vigorexia?
La vigorexia o dismorfia muscular es una alteración de la imagen corporal por la que el paciente presenta una preocupación excesiva hacia su cuerpo.
¿Qué es una relacion comoda?
Estar feliz en una relación significa que te gusta pasar tiempo con tu pareja. Estar cómodo es simplemente pasar tiempo con tu pareja porque es necesario.
¿Qué relación existe entre una buena alimentación y la mejora?
La nutrición se ocupa de la composición y utilización correcta de los elementos de la dieta. Su estudio es de gran importancia, ya que una buena nutrición determina no sólo el rendimiento físico e intelectual, sino el estado de salud.
¿Qué relación tiene el plato del bien comer con una buena nutrición?
CONOZCA EL PLATO DEL BUEN COMER – Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) El plato del buen comer es una guía de alimentación que forma parte de la Norma Oficial Mexicana para la promoción y educación para la salud en materia alimentaria, la cual establece criterios para la orientación nutritiva en México. Consiste en un gráfico donde se representan y resumen estos criterios, dirigidos a brindar a la población opciones prácticas, con respaldo científico, para tener una alimentación correcta que pueda adecuarse a sus necesidades y posibilidades.
El plato del buen comer facilita la identificación de los tres grupos de alimentos (verduras y frutas, cereales y tubérculos, leguminosas y proteínas de origen animal), la combinación y variación de la alimentación, la selección de menús diarios con los tres grupos de alimentos y el aporte de energía y nutrientes a través de la alimentación correcta.
Con base en los lineamientos de dicha guía, una alimentación debe ser completa ; es decir, que incluya por lo menos un elemento de cada grupo alimenticio en cada desayuno, comida y cena; también debe ser equilibrada, lo cual significa que los nutrimentos guarden las proporciones entre sí, al integrar alimentos de los tres grupos cada vez que uno se sienta a la mesa.
- Para cubrir las necesidades nutricionales de cada persona de acuerdo a edad, sexo, estatura, actividad física o estado fisiológico, la guía plantea que la alimentación debe ser suficiente,
- En el mismo sentido, se establece incluir diferentes alimentos de los tres grupos en cada tiempo de comida; es decir, que sea variada,
Por último, se indica que la alimentación debe ser higiénica y adecuada ; en otras palabras, que los alimentos se preparen, sirvan y consuman con limpieza y que sean preparados de acuerdo a los gustos, costumbres y disponibilidad de los alimentos en la región.
Verduras y frutas Las verduras y las frutas son fuente de vitaminas, minerales y fibra que ayudan al buen funcionamiento del cuerpo humano, permitiendo un adecuado crecimiento, desarrollo y estado de salud. La naturaleza proporciona los nutrientes que necesitamos en frutas y verduras de cada estación.
El consumo de frutas y verduras de temporada ayuda a nuestra economía y salud. Cuando las frutas se consumen durante las estaciones que les corresponden tienen un mejor sabor y los beneficios para la familia son más evidentes. Cereales Los cereales son imprescindibles en nuestra alimentación por su alto contenido de vitaminas y minerales y, sobre todo, por su aporte de hidratos de carbono complejos (almidón), que son una fuente de energía de alta calidad.
También son la principal fuente de hierro y una fuente importante de fibra. Leguminosas y alimentos de origen animal Se encuentran en el mismo grupo porque ambos tienen un alto contenido de proteína y son fuente importante de energía y fibra. No obstante, aunque los productos de origen animal son fuente de proteínas, tienen un alto contenido de grasa saturada y colesterol.
Por eso, conviene consumir carne blanca (pescados y aves), de preferencia sin piel, por su bajo contenido de grasa saturada. Debe fomentarse un bajo consumo de carne roja y, al consumirla, elegir cortes magros (con poca grasa). ¿Cómo medir las porciones? Cada persona puede comer una o más porciones de acuerdo a sus necesidades individuales (edad, sexo, estatura, actividad física y estado fisiológico), según sea indicado con la orientación de un profesional de la salud. Colaboración de Graciela Caire Juvera, profesora investigadora del CIAD : CONOZCA EL PLATO DEL BUEN COMER – Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD)